Michael Santana Alvarado
bo. Santo Domingo. 1997
Mi camino no es uno de certezas. El arte, como un río en el que me sumerjo, me arrastró desde las orillas de la soledad hacia las profundidades de mi propia forma. Aprendí de la inevitable pasión que me persigue, de su urgencia por liberar lo callado, lo inefable, que vive en mí, acechando. Aunque mi recorrido hasta ahora ha sido breve, cada trazo, cada color ha sido una revelación. Es el momento en que el futuro se presenta como un lienzo aún por pintar, lleno de posibilidades que solo el tiempo revelará.